11.4.11

Socialismo

El discurso socialista del siglo XX ha congelado la situación política de los años de dictaduras.
Se dijo que las dictaduras quedaron en el pasado, que fueron superadas por la democracia liberal al interior de la economía global. Que las pequeñas rémoras estaban en extinción.
La realidad es que el apoyo civil a la vía violenta de derecha está intacto.
Los halcones económicos, políticos, religiosos y militares del imperio, sus aliados desarrollados y los estados vasallos en desarrollo no operan socialmente aislados, están al frente de un electorado entusiasta. Los israelitas, italianos, franceses, alemanes, colombianos, respaldan sus Gaza, negocios turbios, crímenes OTAN.
El golpe dentro de Honduras no lo hicieron sólo jefes de cúpulas empresariales, políticas y militares. La iglesia y una parte de la sociedad lo respaldan.
                                                     
La legalista Uruguay de elogiada cultura democrática lo demostró en el plebiscito para intentar derogar la ley de impunidad a los militares y policía que asesinaron, hicieron desaparecer, torturaron y/o encarcelaron a más de 100 mil ciudadanos. El gobierno del Frente Amplio en beneficio de los intereses de los golpistas les parecía facilitar una respuesta nacional de solidaridad con las víctimas.
Sin embargo no fue así, no sirvió para restar apoyo a la vía represiva sangrienta. El pasado se mantenía inmodificable en la llamada Suiza de América.
El voto ciudadano reiteró por mayoría su protección constitucional a los delincuentes al servicio del orden establecido.
Los argumentos de derechos humanos y justicia no convencieron a sectores de capas medias y a una parte del pueblo condicionado para ir detrás de la clase propietaria.
La batalla de ideas entonces tiene que cambiar de dirección para no llegar a iguales resultados.
La discusión a levantar debe incorporar los elementos de la nueva realidad para enfrentar a la ciudadanía a problemas, peligros, preguntas y opciones del futuro no lejano.
El capitalismo y su civilización van a colapsar por las crisis de energía, alimento, población, clima, finanzas, trabajo. El gran empresariado corporativo prepara su dramática alternativa de explotación y genocidio. Pero se tiene que proponer una distinta de respeto a la vida basada en la solidaridad y la producción racional sustentable. Una solución socialista de seguridad justa para todos.
                                                   
                                           

                                                                                         Angel Iñiguez Olveda     2°A     N°L=45
                                                                                                             

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